top of page

Carlos Enrique Vargas. Sinfonía en mi menor opus 17

Actualizado: 31 dic 2023



La Sinfonía en mi menor fue escrita en el año 1945 y, según Anabelle Campos: “fue compuesta para ser presentada en el Concurso Interamericano de Obras Sinfónicas Reichhold, de la Filarmónica de Detroit, donde fue premiada con un «Certificado de Mérito» (Campos, 2003).

Para iniciar el análisis de esta sinfonía nos guiamos por las palabras del propio compositor, pronunciadas para la prensa con miras al estreno, en 1950. En primer lugar, Vargas menciona que se trata de una obra de estilo moderno que responde a la tendencia contemporánea de composición. En segundo lugar, esta sinfonía representa una nueva época, en la cual se crean nuevas formas. En tercer lugar, a pesar de las nuevas propuestas compositivas de la época –como las de “un Hindemith, un Prokofiev, un Milhaud y otros más”–, desde el punto de vista de Vargas existe un gran respeto a los “colosos de la música” como Bach y Beethoven.

 

Estilo moderno que responde a la tendencia contemporánea de composición


Las tendencias contemporáneas de los años cincuenta que se observan en la Sinfonía en mi menor opus 17 se relacionan, en primer lugar, con la armonía utilizada. Esto se nota de manera más fehaciente en el segundo y el tercer movimiento. Al contrario, el primer movimiento más bien utiliza la armonía funcional, típica de la forma de sonata.

 

Como se mencionó anteriormente, el segundo movimiento evidencia el comentario del propio compositor, cuando este apunta que su obra pertenece al estilo moderno. Para componerlo, Vargas escoge el principio de cromatismo, reflejado en el uso del movimiento paralelo cromático, en el empleo de contracantos cromáticos en movimiento contrario, en las secuencias por bloques, en la técnica del contrapunto doble, lo que permite al compositor realizar cambios instrumentales.

La soltura en la armonía utilizada también se presenta en el tercer movimiento, cuyo tema principal se fundamenta sobre el bajo, compuesto por las quintas presentadas por el movimiento cromático. Por tal razón, el dibujo melódico superpuesto sobre dicho bajo ofrece libertad para el empleo de cromatismo y modulaciones llamativas.

 

El segundo tema del tercer movimiento muestra diversas características contrastantes en relación con el primero: la utilización de la polirritmia, la amplitud del diapasón y el empleo de saltos en la melodía, junto con algunos pasos cromáticos que permiten utilizar acordes lejanos. El segundo tema es modal, armonizado por medio de tríadas.

 

Principio formal


Según palabras expresadas por el propio compositor, la Sinfonía en mi menor opus 17 fue escrita en una época en que se crearon nuevas formas. En este sentido, podemos afirmar que, si bien, el primer movimiento no propone formas nuevas porque fue construido en el esquema armónico de la forma sonata al estilo sinfónico tradicional, en el segundo y el tercero la forma está influenciada por el contraste de varios sistemas de organización armónica. Volviendo a los dos últimos movimientos, se puede decir que en la parte central del segundo, la aparición del tema primario –acompañado del uso del sistema funcional en vez del cromático–, no solamente aporta contraste, sino que además distancia sustancialmente esta sección del resto del movimiento.

 

El mismo principio formal podemos observarlo en el tercer movimiento, cuando el primer tema se contrasta con el segundo, no tanto por medio del carácter, sino a través del sistema armónico utilizado. En el final de la obra aparece el tema secundario del primer movimiento en Mi Mayor, con empleo de contracantos en voces acompañantes y contrapunto doble, en la repetición. El componente rítmico, tan característico del segundo tema del tercer movimiento, cede su rol a lo cantabile de las voces. El uso de varias herramientas musicales, tales como la tonalidad, el contrapunto, el cambio de métrica y los dibujos rítmicos, proporcionan a la sinfonía una construcción diferente, agregando un epílogo majestuoso. Con estas estrategias, el compositor traza un arco entre los movimientos opuestos, terminando el último de manera parecida a como finaliza el primero.


Respeto por las composiciones de “los colosos”


Como se ha dicho anteriormente, el primer movimiento de la Sinfonía se levanta a modo de homenaje a los compositores nombrados por Vargas. Esto se refleja primordialmente en la utilización de la forma sonata y sus principales características: la aparición de dos temas principales y su presentación armónica. En la exposición, los temas se escriben en las siguientes tonalidades: - El tema principal, a pesar del uso de cromatismos en su dibujo melódico, está escrito en mi menor.

 

El tema secundario aparece en la tonalidad relativa del tema primario en la exposición (es decir, en Sol Mayor); mientras que la recapitulación respeta el marco tradicional de una sinfonía, pues el tema aparece en la tónica original, “mi”, pero en modo mayor (es decir, en su tonalidad paralela). En segundo término, vinculado al respeto por “los colosos”, es justo señalar la maestría de este compositor en la materia de contrapunto e instrumentación.





Este análisis fue realizado por Ekaterina Chatski, musicóloga e investigadora.

Forma parte del libro "Del presente al pasado cercano. Música académica costarricense" de autores Ekaterina Chatski, María Clara Vargas y Tania Vicente. SIEDIM, 2012.

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page